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La vida y sus problemas por JJ.

La vida y sus problemas     por JJ.

 

La situación es difícil. Hace un tiempo Noelia ha cambiado su carácter y mi carácter por tanto también ha cambiado. Yo estoy triste porque ella también está triste.

Os cuento; yo me llamo Abdul y desde hace diez años vivo en Europa. Pasa rápido el tiempo en este continente y cada vez echo más de menos mi pueblo de nacimiento. Mi mujer es francesa, se llama Michelle y estoy muy enamorado de ella. La conocí en África, ella se dedica a la enfermería igual que yo y ambos nos dedicábamos a ayudar en lo posible a nuestro necesitado y enfermo continente. Pasó el tiempo y como ya nos hacíamos grandes y queríamos tener hijos decidimos asentarnos y nos trasladamos a Europa. Ahora los dos trabajamos en dos hospitales diferentes atendiendo y cuidando de las personas.

Noelia ,que tiene ocho años, es nuestra única hija y es nuestro sol que alumbra nuestra vida. Pero desde hace una semana está muy rara. Está muy esquiva y apenas nos dirige la palabra. Yo me intereso por lo que le pasa pero ella no suelta palabra.

Mi horario de trabajo es muy variado y me gustaría estar más tiempo con mi hija pero me es imposible. Y Michelle también hace un horario muy variado con que a veces la dejamos a cuidado de mi hermano.

Mi hermano se llama Abdellah y tiene un pequeño locutorio en el centro de la ciudad. La verdad es que tiene mucha suerte porque el locutorio está situado en una zona inmejorable y siempre tiene clientes. Noelia, a veces, también le ayuda en el locutorio a ordenar cosas o a limpiar. Es muy buena chica.

 

Lunes, 16 de enero

Quería hablar con mi hermano sobre el cambio de carácter de mi hija, a ver si él sabía algo. Me dirigí al locutorio y allí estaba ocupado dándole el cambio a un cliente que había utilizado durante dos horas el servicio de Internet.

No soportaba el carácter altivo y orgulloso de Abdellah pero tenía un fondo bueno.

Hablé con él sobre Noelia. Él me contestó que Noelia parecía una niña muy normal. Sólo me dijo que había hecho nuevas amistades del instituto…

-…si una tal Carol y una tal Sonia… son más grandes que ella pero parecen buenas chicas- dijo Abdellah.

No veía sentido al carácter reacio y apagado de mi hija. Quería respuestas y me dirigí al centro escolar y hablé con la directora:

-Es usted el padre de Noelia. Queríamos concertar una entrevista con usted pero veo que se nos ha adelantado. No se que ocurre con su hija a la hora del patio y en la salida y entrada al colegio. Se relaciona con un gran grupo de chicos y chicas pero me parece que hay alguna cosa extraña. Está triste y ausente en las clases. Ella no es así, nos hemos interesado por ella pero no suelta palabra y nos dice que todo va bien. Estos últimos días hemos sentido rumores de que hay un pequeño grupo de niñas dentro de este macrogrupo que parece ser que se dedican a injuriar y molestar a su hija.

Queremos y debemos saber quienes son. Pero se ocultan unos a otros por miedo. Nos parece que hemos localizado el grupo pero no estamos seguros.

Hemos hablado con todos los profesores e intentaremos en las próximas guardias de patio estar atentos y adivinar que está sucediendo y si hay culpables descubrirlos-.

 

Me fui intranquilo. No es que no me fiara de los profesores y del centro pero estaba preocupado porque alguna maldita persona hiciera daño moral o físico a mi hija.

Esta vez me iba a escuchar Noelia y me diría la verdad si o si.

El día fue muy intenso. Os explico, había pedido permiso al trabajo para dirigirme al centro escolar y hablar con la directora. Todo ese tiempo que pasé en el colegio lo tuve que recuperar en el trabajo, así que acabe a las once de la noche. Noelia ya dormía.

 

Martes, 17 de enero

Al día siguiente Noelia tenía una excursión a la montaña. Decidí no hablar del tema hasta la noche. Michelle le preparó sus bocadillos y cogió su pequeña mochila. Parecía un poco más animada, yo no quería aguarle la excursión.

El día pasó muy rápido. El trabajo de enfermero es gratificante pero la verdad es que no paro. A veces me falta manos y tiempo para encargarme de todos los enfermos. Ya sé que no estoy sólo en el hospital y que hay otros enfermeros pero me preocupo mucho por los enfermos y sufro con ellos.

Tenemos médicos excelentes y me ayudan y me dirigen a la perfección. Estoy muy a gusto en este centro médico y quiero retirarme aquí.

A la tarde fui a hacer unas compras a un conocido centro comercial de la zona. Cuando ya eran las nueve más o menos de la tarde preparé la cena. No soy mal cocinero, pero ensucio demasiado.

Mi hija había estado toda la tarde con las amigas. Vino a las nueve, cenó y sin decir palabra se fue a la habitación. Mi mujer y yo estábamos cansados, así que no tardamos tampoco en irnos a dormir.

Eran las doce de la noche y me desperté para ir al lavabo. Entonces fue cuando escuche llorar a mi hija. Entré en la habitación interesándome por lo que le pasaba y que no podía seguir ocultando lo que ya era más evidente; un problema que debíamos solucionar.

Noelia dijo:-…si hablo me pegaran…-

Evidentemente yo le dije que no pasaría nada de eso y que sería mejor que me contase la verdad. Se quedó pensando un rato y finalmente hablo de una tal Úrsula que iba a 3º de Eso.

Mi hija siguió llorando y yo decidí resolver el problema pidiéndome día libre en el trabajo y acompañándola al día siguiente al colegio y resolver esto de una vez con la directora y el tutor.

 

Miércoles, 18 de enero.

Allí estábamos. El despacho era pequeño pero acogedor. Estaba lleno de grandes carpetas y de papeles. Un gran horario colgado en la pared llamaba la atención. Era un despacho normal de un colegio normal.

La directora se sentó a nuestra derecha y la tal Úrsula a nuestra izquierda. Era todo oídos, primero escuchar, luego actuar. Úrsula tenía una mirada amenazante y ya en el despacho amenazó a Noelia diciéndole que “se iba a enterar de lo que vale un peine”. La chica con la mirada rebelde negaba que ella hubiera insultado o amenazado a Noelia. De repente, se puso a llorar. Impotencia de ser descubierta, la fuerza desaparece con la verdad de las palabras y de los hechos y deja a las personas en su real debilidad.

La chica llorando, nos explica que no sólo es culpa suya y que están involucradas tres niñas más. Dijo los nombres y pidió perdón. Fuimos a buscar a las otras niñas a las clases. Todas pidieron perdón. Menos una de ellas, que pidió perdón al cabo de unos días debido a que estaba enferma.

Parece que todo se ha resuelto.

 

 

Jueves, 19 de enero.

La historia se supo por todo el colegio. Pero, eso ya no importa. Lo importante es que mi hija vuelve a sonreir.

 

10 años después…

Hola, me llamo Nuria. Mis padres son ya mayores, y el diario que inició mi padre yo lo he continuado y posteriormente mi hijo también seguirá escribiendo la historia de generaciones que espero que nunca se acaben.

Hechos como los que me sucedieron hace diez años espero que nunca jamás se me vuelvan a repetir. Pero, hay que ser consciente que hechos como este aparecen en cualquier tipo de sociedad y cultura. Por eso yo me propongo escribir y manifestar mi crítica contra cualquier acto xenófobo, racista, perverso de cualquier ser humano sin sentido común.

Mi lucha ahora justo ha comenzado. Mi colaboración como voluntaria en ayudas humanitarias me ha enseñado mucho. Amor, respeto, esfuerzo… He aprendido como maestra pero también como doctora especialista.

He tenido duras experiencias sobretodo al principio donde mi ayuda a las personas necesitadas se reducía al aseo y a mi capacidad atlética para descargar comida y bebida de los camiones de ayuda humanitaria.

Mis veranos eran enteramente dedicados al prójimo. Mis inviernos dedicados al estudio.

Espero que pronto mi hijo siga los pasos míos y de mi familia porque no hay mejor medicina para el alma que ayudar a los demás y respetarlos. Todo lo que das, no es absolutamente nada con la paz, la vida, la alegría que recibes. No hay dinero en el mundo que pueda pagar eso.

La crisis económica y de valores que vive nuestra sociedad no puede derrotar a un corazón vacío. No quiero ser consejera pero en esta vida la realización como persona es la propiedad más grande y de más valor que puedes adquirir. Y no se pierde ni se destruye. Y puede ser eterna si comunicas a los demás lo aprendido.

 

La guía, la materia ya me la dieron mis padres que se preocuparon por mí, por mi felicidad y por mi educación. El contenido y el resultado ha sido esfuerzo mío y este sacrificio en lo que uno hace y en la ayuda a los demás es lo que quiero inculcar a mi hijo.

 

 

 

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